Juan Carlos Blanco
Cada cierto tiempo tiempo leemos en los papeles sobre periodismo que las webs informativas están muertas. Es un poco como lo de la desaparición de las novelas o la de los blogs, a los que hemos matado sin esperar a que dejen de respirar.
Algo de cierto hay, sin embargo: las webs ya no son el centro de la atención informativa y su importancia como casa madre desde la que distribuir las noticias ha ido reduciéndose hasta el punto de que hoy nos podemos preguntar seriamente si las organizaciones informativas pueden seguir dedicándole el tiempo que le dedican.
Las webs no estan muertas. Pero les ha salido un competidor que les obliga a repensar su papel, el de las webs informativas en la era de las redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram y de los canales de mensajería instantánea como Whatsapp o Telegram.
Basta que hagáis una prueba nada científica para comprobarlo. Pensad cuánto tiempo dedicáis al día a consumir información. ¿Lo habéis hecho? Pues ahora calculad cuánto tiempo les dedicábais hace tres años a leer las noticias accediendo directamente a las webs de los medios y pensad cuánto tiempo les dedicáis ahora.
En la mayoría de los casos, la respuesta va a ser coincidente: el tiempo que destinábais a navegar por las carpetas del escritorio de vuestro portátil lo dedicáis ahora a rastrear en vuestros teléfonos móviles de última generación el timeline de vuestra cuenta de Twitter y vuestro muro de Facebook y a echarle un vistazo a la noticia que alguien ha colgado en el grupo de whatsap que compartís con los padres del colegio o con los amigos y amigas del gimnasio.
No hay que ‘enterrar’ a las webs, al menos todavía
¿Significa eso que hay que pensar en presentarle el despido procedente a la web? En absoluto. Las webs siguen siendo indispensables para cualquier medio digital, tanto en términos editoriales como de modelo de negocio. Lo que ocurre es que su peso específico se ha reducido de forma drástica.

La web, o para ser más exactos la portada de la web, ya no es el macho alfa de la manada periodística. Ese rol le corresponde ahora a cada uno de los artículos y formatos que mandamos a la guerra de la atención en las redes sociales.
Cada artículo se convierte en una portada en sí misma y casi en una web en sí misma.
¿Y qué quiere decir eso? Pues algo tan sencillo como que nos tenemos que preocupar mucho menos por lo que hagamos con nuestras webs y con las portadas de nuestros medios digitales y muchísimo más por la manera en la que presentemos y distribuyamos cada uno de nuestros artículos en esa feria de las vanidades en la que se han convertido las nuevas plazas públicas de las redes sociales.
Es lo que toca.
7 comentarios en “La web ya no es el macho alfa de la distribución de las noticias”
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Dejando al margen la comodidad del móvil y las redes sociales para informarse, esto está ucurriendoo porque los editores, los periodistas no se han dado cuenta aún que el usuario no quiere que le impongan la temática, el orden o el tipo de noticias. No quiere que se las ordenen, quiere ver sólo aquella que le interesa y nada más. Por eso yo digo que el periodismo, como lo entendemos hoy día, está muerto. Sólo falta que nos demos cuenta.
Más que el periodismo, lo que parece que está muriendo es el modo en el que se han distribuido las noticias en el último siglo. Cambian los canales y el modo de consumir la informacion. ¡Y toca adaptarse¡ ¡Un abrazo¡