Juan Carlos Blanco
El diario El País anuncia que deja de publicar anuncios de contactos. Según leemos en una información publicada por este diario madrileño lo hace por «coherencia editorial» y después de un profundo debate interno. Saludo la decisión. Es importante que el principal diario de este país siga la línea de otras cabeceras (de memoria, recuerdo que 20 Minutos ya lo decidió hace muchísimo tiempo) y le dé una patada de una vez a los mal llamados anuncios de contactos, es decir, a los anuncios de prostitución.
La empresa editora pierde así una fuente de ingresos nada despreciable (en dircomfidencial barajan una cifra de unos 13.000 euros diarios por este concepto), pero no sólo gana en coherencia sino en una seriedad que tiene poco que ver con el moralismo mal entendido y sí con la convicción de que un periódico tiene que tener un mínimo de conciencia social si aspira a querer lo mejor para la comunidad a la que presta sus servicios.
En muchas ocasiones, los periodistas hemos denunciado que los periódicos se han dejado llevar siempre por la hipocresía ciega de denunciar en sus primeras páginas todo tipo de casos de explotación…para luego publicitar en sus últimas páginas servicios que todos sabíamos que, en ocasiones, tenían por detrás historias de explotación y de miseria a las que dábamos de lado.
La doble moral
Ésa ha sido siempre la versión periodística de no dejar que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha. En portada, siempre indignados contra la explotación. Y en las páginas más cercanas a la contraportada, haciendo caja con aquello que decíamos detestar y guardando la coherencia en el armario no vaya a ser que nos hiciera perder un dinero que venía muy bien pagar unas cuantas nóminas.
No me voy a poner moralista. He sido director de periódico y en su momento no tomé decisión alguna sobre este asunto y ni lo planteé a la gerencia y a los dueños del periódico. Como se dice en el mismo artículo donde se anuncia la decisión, la prostitución no es ilegal en nuestro país y muchos ni nos planteábamos la publicación de estos anuncios igual que tampoco discutíamos la de las esquelas: formaban parte del paisaje tradicional de los periódicos y daban dinero.
Y volviendo a la decisión de El País. Se podrá decir, y con razón, que no se justifica tardar casi cuarenta años en darse cuenta de que detrás de estos anuncios hay muchos casos de explotación cruel de las mujeres y, en segundo lugar, que tal vez la decisión no sólo sea una cuestión ética sino que se deba también a que la industria de los contactos se ha trasladado a internet, pero en cualquier caso, es mejor celebrar esta decisión y pensar que un periódico serio y de calidad ha hecho, por fin, lo que tenía que haber hecho hace ya muchísimos años y le ha dicho adiós a una incoherencia que más que sumar le restaba. Que cunda el ejemplo.
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1 comentario en “Periodismo, sexo y un negocio que también se derrumba”
Cuatro años antes que El País, El Correo de Andalucía tomó la decisión de prescindir de los anuncios de contactos. Es una decisión que aplaudo y es un poco tonto el debate de si se pudo hacer antes. El caso es que se hizo y ahora se ve que esa decisión crea escuela y que quedan más periódicos que deberían imitar al decano de la prensa sevillana.