Juan Carlos Blanco
Resumo algunas mentiras recogidas un día cualquiera en la cuenta de Twitter de Maldito Bulo, una empresa informativa que, por cierto, ha descubierto que luchar contra las noticias falsas es también un (modelo de) negocio:
- No, el teniente legionario y golpista Castejón no es el abuelo de Pedro Sánchez…Pérez-Castejon.
- No, Albert Rivera no se opone a que haya controles de droga en el Parlamento.
- No, Pablo Casado no ha tuiteado ni luego borrado que en Andalucía todavía quedan muchos enemigos de España y que los populistas se niegan a trabajar.
- No, Podemos no propone que todos los inmigrantes cobren 1.200 euros al mes, incluidos los ilegales.
- Recopilación de bulos sobre RTVE, entre ellos que Pablo Iglesias dirige los informativos y que la misa del domingo será eliminada.
- El revival del bulo de la prohibición del consumo de carne de cerdo y de jamón en los centros educativos.
Insoportable, ¿no? Pues así estamos todos los días a todas horas.
Siempre ha habido propaganda, intoxicación y desinformación. Pero ahora la oferta de noticias falsas tiende al infinito. Las fake news suelen ser burdas y hasta groseras, muy fáciles de identificar, pero, sin embargo, cuentan con la aceptación generalizada de una parte nada desdeñable de ciudadanos dispuestos a creer aquello que reafirma sus convicciones. Y cuando los bulos están más elaborados o son más sofisticados, entonces nos cuesta a todos distinguir entre lo que es verdad y lo que no lo es. Las deep fakes asoman. Y no es fácil identificarlas con precisión, sobre todo si, como digo, lo que afirman entra en nuestras coordenadas ideológicas y morales.
La nueva arma de las 'fake news': una IA que imita la voz de cualquiera https://t.co/vxlaoRgL52
— Javier Guallar (@jguallar) March 19, 2019
Trump en los Estados Unidos y su utilización compulsiva y manipuladora de Twitter; Bolsonaro y sus cadenas de whatsapp en Brasil o la misma campaña de los partidarios del Brexit en el Reino Unido son los ejemplos recurrentes que se ponen siempre para avisar de lo que se nos viene a todos encima. Pero hay muchísimos más. En todas partes y por todos los canales. El virus se ha expandido.
La ventanilla tóxica del whatsapp
En una ponencia del congreso digital de periodismo que se celebró la pasada semana en Huesca se afirmaba que prácticamente un tercio de la información que se movía en España se distribuía a través de whatsapp (sobre un 36%). Eso es más de un tercio de la industria de las noticias. Un tercio de la información circulando por un canal donde no hay intermediarios y donde no hay filtro de verificación alguno. Un canal por donde circulan compulsivamente cadenas de infamias y de manipulaciones que llegan directamente a los ciudadanos sin que nadie sepa hasta ahora cómo detener esta hemorragia de desinformación.
Pongo un par de ejemplos más de estas últimas semanas.
De un lado, recuerdo la reunión de altos directivos de Facebook con dirigentes de los principales partidos políticos españoles en las que se supone (si no es mucho suponer) que la red de Palo Alto les habrá garantizado que harán todo lo posible para que Facebook y Whatsapp (y en menor medida Instagram) no sigan siendo el mayor contenedor de mentiras de la historia de la humanidad.
Facebook no quiere ser ‘fakebook’ (e intenta convencer a los políticos españoles). https://t.co/4HQG8dD6V8
— Juan Carlos Blanco (@Juancarlosblanc) March 6, 2019
Del otro, la decisión de la BBC de no darle cancha alguna en sus debates a los conocidos como los negacionistas, personas carentes de toda formación científica pero dispuestos a refutar todas las evidencias empíricas que sean necesarias para convencer de las bondades de sus teorías conspiratorias…y, literalmente, de sus bulos.
Hace poco más de un año escribí un artículo donde afirmaba que la mejor manera de combatir las noticias falsas era con el buen periodismo. Sí, me quedé corto. Los periodistas y los medios tienen que luchar contra esta plaga haciendo buen periodismo y ofreciendo productos de calidad. Obvio, ésta es su función, pero es evidente que con esto no basta. Hay que hacer más, muchísimo más. Y no sólo los medios, sino también los dueños de las plataformas y canales de distribución y, por supuesto, las Administraciones públicas.
Cada uno tiene su responsabilidad y debe ejecutarla.
- Los medios, haciendo el mejor periodismo posible, alejándose de la peor viralidad y trabajando en proyectos rigurosos en los que se pueda confiar. Pero, y lo pongo aquí como propuesta, abriendo también secciones fijas donde se combata a diario la profusión de noticias falsas.
- Las plataformas y canales como Facebook, Twitter y Whatsapp, asumiendo de verdad que están contribuyendo a la mayor expansión de morralla mediática de la historia y que no pueden eludir su responsabilidad y, por tanto, invirtiendo muchísimo más en verificadores y controladores de los contenidos que circulan en sus soportes.
- Las Administraciones, exigiendo y apoyando a medios y plataformas para que tomen medidas contra la desinformación y trabajando en proyectos de alfabetización mediática (¿tal vez desde las escuelas? ¿no se necesita una educación mediática igual que una educación vial?) y de concienciación de la ciudadanía (qué menos que usar las televisiones públicas para este cometido con programas específicos: yo propondría secciones fijas en los telediarios).
- Y, por último, los mismos ciudadanos, reconociendo que no pueden seguir compartiendo bulos en sus grupos de whatsapp y en sus muros de Facebook como si no hubiera un mañana.
- He escrito este artículo tomando como base las ideas que he preparado para mi intervención en una mesa redonda sobre fake news celebrada en la Universidad Loyola de Andalucia. Desde aquí, mi agradecimiento a la institución, al moderador de la mesa, David Varona, a mi compañero de mesa Javier Blanco y, por supuesto, gracias por la invitación a Manolo Prieto, delegado de Atresmedia. !Enhorabuena por el acto!
Si te interesan estos temas, puedes suscribirte a mi canal de Telegram, donde comparto a diario artículos sobre periodismo y sobre comunicación: https://t.me/JuanCarlosBlanco
4 comentarios en “No dejéis que la realidad os estropee un buen bulo (algunas propuestas contra las fake news)”
Pingback: Facebook y el boicot de las grandes marcas empresariales
Pingback: Facebook, tienes un problema de reputación. Por Juan Carlos Blanco. - Agencias y Medios de Comunicación
Pingback: El triple desafío de las agencias y los consultores de comunicación – El post blanco
Pingback: Qué puede hacer un periodista para luchar contra las fake news – El post blanco