El triple desafío de las agencias y los consultores de comunicación

LinkedIn
Juan Carlos Blanco

Con ocasión del cambio de imagen de la consultora de Asuntos Públicos Llorente y Cuenca, esta firma ha publicado un vídeo de presentación de su nueva filosofía e imagen de marca (Anticípate; LLYC) que condensa en una píldora de poco más de un minuto las claves de lo que tiene que ser a día de hoy la comunicación.

O, al menos, que acierta al entender el terreno de juego volátil e incierto en el que se discuten y transmiten hoy las relaciones públicas y las herramientas con las que hay que seguir contando para manejarse en este escenario de incertidumbres y de infoxicación informativa.

La comunicación corporativa, ya sea en el ámbito de lo público o en el de lo privado, pivota sobre el mismo eje de siempre: la gestión de la confianza en la marca mediante la construcción de relatos y narraciones que sean coherentes, atractivos y fiables. Se sigue tratando de vender un producto, sea éste cuál sea, pero de forma honesta y creíble.

Pero el cambio, disruptivo, ha ocasionado que los consultoras y quienes se encargan de las estrategias de comunicación en empresas e instituciones se enfrenten a un triple desafío.

En primer lugar, cambian los canales y soportes por donde se transmite la información y donde se desarrolla la conversación pública. Si, por poner un ejemplo simple, más de un tercio de la información que circula lo hace por whatsapp, cómo no se va a tener en cuenta este dato a la hora de trabajar en la mayoría de las estrategias de comunicación de las compañías.

No se trata de deslumbrarse por las herramientas digitales y sí de asumir su uso con la misma naturalidad, y en algunos casos entusiasmo, con las que se relacionan con ellas los ciudadanos, sobre todo las generaciones más jóvenes. El mundo se mueve en redes y es en buena parte audiovisual. ¿Cómo no van a adaptarse las consultorías a esta realidad?

En segundo lugar, ha cambiado el tono de las mismas conversaciones públicas y el lenguaje que se emplea es en líneas generales más fresco, en busca de una autenticidad que, en ocasiones, por cierto, termina siendo una ficción impostada. Todo es más líquido y volátil. Las conversaciones analógicas están en relativo desuso (pero no las historias). Nos gustará más o menos, pero es así.

Y, en tercer lugar, ha cambiado el tamaño de los desafíos en ese terreno que podríamos definir como el de las verdades aceptadas. Y no sólo porque se cuestionen algunos valores y principios que hasta ahora contaban con el consenso general, sino, sobre todo, porque nos enfrentamos al momento de la historia moderna en el que es más fácil fabricar y distribuir noticias falsas, fake news que erosionan el edificio institucional de las sociedades democráticas, socavando la confianza en los actores públicos y privados más relevantes de esas comunidades.

Los tres desafíos requieren una parada técnica para pararse a pensar en cómo enfrentarse a ellos. Y siempre con una premisa por delante: cambiarán las estrategias, más flexibles y, si se quiere, también más líquidas, pero quienes se mantendrán y crecerán serán aquellas compañías que sigan centradas en lo esencial: transmitir confianza en las marcas e intereses para quienes presten sus servicios.


P.D. Os paso por aquí la explicación del cambio de marca y planteamiento de Llorente y Cuenca.

Artículos destacados

Menos correos electrónicos y más cafés

Una charla en torno a un café, un almuerzo que no termine pareciendo un resacón en Las Vegas o una reunión que no se prolongue hasta el fin de los tiempos hace más por una relación de confianza que mandar ochenta correos electrónicos diarios que no te sirven para saber cómo se siente el que tienes al otro lado de la pantalla.

1 comentario en “El triple desafío de las agencias y los consultores de comunicación”

  1. Pingback: ¿Agencias de comunicación o agencias de asesoramiento 360?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio