No dejéis de leer este artículo en la página Ex-ante en el que se resume una conferencia impartida por Antonio Gutiérrez Rubí sobre la importancia de las emociones y de la repetición de los mensajes en la construcción de los discursos y las estrategias electorales. Todo un tratado de comunicación política que se puede aplicar también para las empresas, las instituciones y casi que cualquier organización que quiera o deba tener una presencia en la esfera pública.
Comunicación y emociones, lección magistral de @antonigr
— Pau Solanilla (@PauSolanilla) September 8, 2021
"Se impone quien gana la narración íntima y pública con una arquitectura de palabras que permita expresar y conectar con sus emociones, intereses e ideas con conceptos y figuras simbólicas" #compol https://t.co/Vf3thLVEMq
Un par de ideas que merecen una reflexión:
? Sobre unas elecciones. Gana quien gana la narración íntima y pública del elector/a. Encontrar la arquitectura de palabras que permita expresar y conectar con sus emociones, sus intereses y sus ideas, con un grupo escogido de conceptos y de figuras simbólicas asociadas. Y repetir, repetir, repetir. No se trata de decir siempre lo mismo (la misma idea), que es diferente.
? Y esta cita de Drew Westen: el cerebro político es un cerebro emocional. No es una máquina de cálculo desapasionada, buscando objetivamente los hechos, las cifras y las políticas correctas para tomar una decisión razonada. Los sentimientos son anteriores a los pensamientos en nuestro desarrollo evolutivo y ocupan más espacio cerebral. El arte de la persuasión está creando, solidificando y activando redes que crean principalmente sentimientos positivos hacia nuestro candidato o partido». Vemos entonces cómo emoción, y no argumento, se convierten en la clave del éxito.
Las emociones lo son casi todo. En plena era del Big Data en la que todo se mide y se monitoriza para una mejor toma de las decisiones, los ciudadanos seguimos comportándonos como lo que somos: seres humanos que nos manejamos en función de lo que sentimos, de nuestras percepciones y de nuestras intuiciones. Nuestros algoritmos están en el corazón y en las vísceras. Esto vale para la comunicación política y para cualquier otra. Y por eso es tan imprescindible que las estrategias que se desarrollen y ejecuten apelen a las emociones y sentimientos, a aquello que nos interpela porque lo sentimos como propio. No somos neveras, sino personas. Que se note en lo que hacemos.
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2 comentarios en “Por qué las emociones lo son casi todo en la comunicación”
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