Las empresas periodísticas van al taller

El consultor de medios Pepe Cerezo es un tipo que entiende bien por dónde puede ir la industria y que, además, sabe explicarlo muy bien. Para corroborarlo, os invito a leer su ensayo ‘Deconstruyendo los medios. Cómo adaptar las empresas de comunicación al entorno digital’. En el texto, editado por Almuzara, el autor deja atrás los ya tradicionales lamentos por el fin de la prensa de papel y se detiene en describir con detalle cómo los medios pueden convertirse en marcas que reúnan en torno a ellas a comunidades de intereses y que, y esto es lo más importante, sean capaces de trabajar nuevas fuentes de ingresos y una nueva estructura de costes en torno a esas comunidades y a esos lectores.

Cerezo no dibuja un vergel mediático. La publicidad al peso seguirá teniendo su sitio. Y la publicidad programática distribuida por algoritmos gracias a potentes sistemas de inteligencia artificia, crecerá aún más. Y, en ese contexto, los medios que no quieran seguir instalados en una carrera imposible y alocada en la que compitan por las migajas publicitarias que les dejen las grandes plataformas sociales tendrán que profundizar en su relación con los lectores, buscando su confianza y trabajando su fidelidad a largo plazo.

Foto tomada de ‘Laboratorio de periodismo’

Cuando digo «los medios», no quiero generalizar. Los grandes medios capaces de liderar sus mercados y las marcas más ligadas a contenidos de entretenimiento como el deporte y la cultura de masas competirán mejor en la disputa por los ingresos publicitarios. Pero el resto ya no podrá ir a por ese mercado y deberá ir a por sus propios huecos, más focalizados y más especializados, y a por sus propias fuentes de ingresos, más diversificadas y menos dependientes de la venta de paquetes publicitarios.

En suma, habrá que picar más piedra informativa y luchar lector a lector y habrá que desechar tanto ‘SEO mortadela’ como el que ahora estamos viendo. A cambio, también la mayoría de ellos podrá volver a hacer un periodismo…por el que alguien esté dispuesto a pagar por él.

En este escenario, las empresas informativas tendrán que demostrar que son capaces de entender el nuevo entorno digital haciendo pivotar sus modelos de negocio sobre una escucha real y atenta de lo que quieren sus lectores, oyentes o televidentes y mediante modelos de trabajo distintos a los que se utilizaban en la época en la que hacer periodismo era una actividad industrial más.

Se trata de un cambio que no es sólo tecnológico, sino cultural. Y acarrea un cambio estructural que afecta a las personas y que es incluso mental. Las organizaciones periodísticas han ido al taller como coches de combustión y han salido como vehículos eléctricos. Su estructura y su morfología han cambiado del mismo modo que se han transformado los hábitos de consumo de sus clientes. Y eso implica un proceso de adaptación que trasciende más allá de lo que pueda significar una simple transformación digital.

De eso y mucho más se habla en el libro de Pepe Cerezo, ´cuya lectura os recomiendo si os interesan estos temas.. ¡Buena lectura¡

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Menos correos electrónicos y más cafés

Una charla en torno a un café, un almuerzo que no termine pareciendo un resacón en Las Vegas o una reunión que no se prolongue hasta el fin de los tiempos hace más por una relación de confianza que mandar ochenta correos electrónicos diarios que no te sirven para saber cómo se siente el que tienes al otro lado de la pantalla.

1 comentario en “Las empresas periodísticas van al taller”

  1. Pingback: Si quieres una democracia fuerte, deja de hablar mal de los medios y comprométete con ellos - Juan Carlos Blanco

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