Un artículo en The Fix sostiene que muchos periodistas se han dado cuenta de que Linkedin es una red social más amable que otras para el gremio y, lo más sustancial, que se está convirtiendo en una alternativa real y fiable al Twitter de Elon Musk.
Como mínimo, curioso. Linkedin es la red de los profesionales, una plaza digital para encontrar oportunidades de trabajo, conectar o seguir perfiles interesantes, promocionarse y, también hay que reconocerlo, hacer un poco de postureo (sí, Linkedin es como el Instagram de los profesionales: casi todo el mundo es megafeliz con lo que hace y habla una mezcla de español y de inglés muy susceptible de parodiarse).
Lo que no vimos venir es que pudiera ser también una red para periodistas. Y, francamente, lo es. Al menos hasta ahora, en esa red te ahorras las legiones de censores de sofá y cabreados perpetuos que pueden amargarte la experiencia de tuitero y compruebas que el algoritmo no hace desaparecer tus contenidos en cuestión de diez o quince minutos.
Es un lugar en el que no hay zascas biliosos esperándote a la vuelta de cualquier comentario y en el que se premia a quien aporta valor, algo mucho más discutible en redes como Twitter o como la propia Facebook, que se ha convertido en la teletienda de las redes, ese lugar en el que te van a freír a anuncios con la misma estética casposa que los que salen en la televisión a las tres de la mañana vendiéndote un cuchillo jamonero o un aparato para hacer flexiones.
En tal sentido, Linkedin sí que es un ejemplo de la evolución de las redes y de su transformación desde que eran plataformas para hablar con los amigos, ver y compartir fotos y mirar posibles trabajos hasta ahora, en la actualidad, en la que lo que prima es la generación de contenidos (lo que hacen los periodistas) que permiten mantener la atención de los usuarios el mayor tiempo posible delante de las pantallas para así colocarles el mayor número de anuncios de publicidad programática.
Pero, en lo que nos toca a los periodistas y comunicadores, en lo que se ha convertido es en una alternativa saludable, una red sin colesterol del malo que nos permite estar en la conversación sin que nos dé a todos un ataque de nervios o de mala baba.
Algunos periodistas ya hemos ‘colonizado’ Linkedin. Y me parece que detrás de nosotros van a llegar unos cuantos más. En mi caso en particular, sigo enredado en la red del pajarito, pero mi tiempo de consumo en ella ha decrecido de forma notable y mi modo de uso ha cambiado: leo más listas propias y he silenciado muchas cuentas de personas que han decidido ejercer el activismo perpetuo o que se han pensado que ellas han venido a Twitter a explicarle al mundo lo mal que está el mundo.