Deja la comunicación política en manos de los profesionales

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Este es un artículo con un tinte corporativista, gremial. Me dedico a la comunicación, ejerzo de comentarista de actualidad política y he trabajado para partidos políticos. Podríais por tanto acusarme de corporativismo por entender que hablo de parte, que soy parcial cuando afirmo que a las campañas políticas les hace falta en líneas generales más profesionalización, más análisis, más metodología y más estrategia a la hora de planificar los mensajes que se trasladan a la opinión pública desde las salas de trabajo de los equipos de los distintos candidatos y que sobra tanta improvisación, tanto parcheo y tanta jugada maestra que suele anticipar un fracaso clamoroso en las urnas.

Quizás haya quien piense que detrás de la mayor parte de esos mensajes hay una estrategia madurada en el tiempo y asumida por los líderes de las organizaciones después de un trabajo de campo que incluye el testeo de lo que piensan los ciudadanos a través de encuestas y otras investigaciones cuantitativas y cualitativas y la elaboración de un relato y un discurso a partir del cual se conformará la oferta electoral. 

Ésa es la teoría, pero la realidad, en demasiadas ocasiones, es otra. Si me apuráis, casi siempre es otra y consiste en que no muchos meses antes de las elecciones se conforman equipos que elaboran las líneas básicas de la campaña en función de lo que Dios y los secretarios de Organización del partido les den a entender y que siguen adelante gracias a su entusiasmo, a la experiencia que suelen atesorar y a la intuición que han afinado después de años de trabajo.

Y eso no está mal, pero no es lo que más se puede aconsejar si se quiere hacer un trabajo profesional de comunicación política, en particular en una época en la que se han multiplicado las herramientas, los camales y los lenguajes para la transmisión de estos mensajes.

Lo pensaba estos días tras acudir a la mesa redonda que organizó Charo Toscano en la sede iberoamericana de la UNIA en La Rábida, en Huelva, en la que charlamos sobre estos temas con gente que sabe tanto como los consultores Diego Panigo, Ignacio Martín Granados y la periodista Stella Benot.

Si uno se enfrenta a otro equipo y otro candidato que diseña profesionalmente su campaña, ir a unos comicios confiando sólo en la capacidad tradicional de un partido de mover a los suyos y en sus  herramientas clásicas de comunicación, normalmente bastante desfasadas, suele ser una invitación a suicidarse mediante el incómodo método de tragarse todas las papeletas del candidato que van a quedarse sin usar en las urnas. 

Y para evitarlo, hay pocas pócimas mágicas y sí mucho trabajo profesional, metodologías, planes y estrategias que te pueden ayudar a ganar unas elecciones. O, al menos, a no perderlas.

No digo que haya que desterrar las improvisaciones ni reprimirse las intuiciones (éste es un negocio para gente que piensa rápido y que no se asusta ante los cambios), pero sí que hay que asumir que hemos llegado a un punto de maduración en el mercado electoral en el que aquellos que se enfrentan a unas elecciones pensando que esto de la comunicación es simplemente redactar notas de prensa y poco más suelen pegarse unos trastazos cuyo estruendo se escucha al otro lado del mundo.

Se necesita un plan, herramientas para desarrollarlo, un punto de racionalidad y de frialdad y, sobre todo, mucha calma para entender que las estrategias no se cambian así porque así y que las elecciones no las suelen ganar quienes se ponen histéricos. Bueno, casi nunca.

P.D. Si os interesa este asunto, os paso por aquí el enlace a la charla que celebramos en Huelva.

 

1 comentario en “Deja la comunicación política en manos de los profesionales”

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