Bueno, pues ya tengo otro libro más para mi lista de lecturas imprescindibles de este curso: ‘La supervivencia de los más ricos’ de Douglas Rushkoff, un periodista especializado en tecnología que disecciona el carácter a veces adolescente de esos popes de la industria a quienes adoramos como si fueran los dioses que nos llevarán a un mundo mejor.
En esta entrevista que publica El Confidencial y que os enlazo, Rushkoff explora con un tono entre burlón y sarcástico las contradicciones de estos profetas de la disrupción que nos prometieron una Arcadia feliz cuando lo único que querían era hacerse inmensamente ricos gracias a la explotación de nuestros datos.
Por aquí, os traslado algunos párrafos que invitan a pararse a pensar y a reflexionar.
- Esta gente que opera fuera de la realidad piensa que ellos también están fuera del mundo, se consideran en otro nivel, en otro orden de magnitud. Su objetivo es saltar del cero al uno. Como Mark Zuckerberg, construyendo un metaverso para poder irse allí a correr sin cuerpo por debajo de la cintura mientras el resto se las personas se quedan abajo en el planeta, como animales. Si tienes una empresa de tecnología, tu objetivo no es construir una empresa sólida y quedarte con ella, y que la hereden tus hijos. Tu objetivo es venderla bien, tener una estrategia de salida desde el principio. Y eso aplica también para su forma de vida. Están buscando una estrategia de salida todo el rato.
- Las redes sociales trataron de cambiarnos, ahora la inteligencia artificial quiere reemplazarnos. Las personas que están construyendo ese futuro del que hablo son las mismas que retrato en mi libro, son personas que creen que la humanidad es un problema que tiene que resolverse. Esto se va a poner muy serio. Es todo lo que digo.
- Me parece estupendo reemplazar el trabajo con tecnología si eso no supone dejar a millones de personas sin sustento. El problema es que no es eso lo que está pasando, no vamos hacia eso. Tenemos niños metiéndose en minas de tierras raras y cobalto para conseguir materiales para las máquinas. Tenemos a millones de personas trabajando gratis para las empresas tecnológicas, alimentando con su esfuerzo y creatividad su sistema, etiquetando, probando, participando, escribiendo, grabando. Con herramientas que han pagado con su dinero. Hay todavía un montón de trabajo detrás de sus productos. Pero la estrategia premeditada y consciente de los tech bros [machotes tecnológicos] es extraer todo el valor de nuestro trabajo sin pagarnos por ello. Hay muchísimo trabajo gratis alrededor de su negocio, pero no hay muchos empleos.