Os paso un buen ejemplo de cómo se soluciona de raíz una crisis de imagen y de reputación que se puede agravar por horas, si no incluso por minutos, si no se corta de inmediato y de una manera explícita y contundente. Un concejal del PSOE del Ayuntamiento de Madrid, Daniel Viondi, se permitió a sí mismo la chulería de darle tres cachetadas en la cara al alcalde de la capital, el popular José Luis Martínez Almeida, en medio de una sesión del pleno de la corporación municipal. La reacción del PSOE de la comunidad, dirigido por Juan Lobato, es de manual de lo que hay que hacer y de cómo hay que proceder con semejantes sujetos. Disculpas inmediatas al alcalde y solicitud a su edil de que devuelva si acta de concejal. Tonterías, las precisas.
Me diréis que es lo normal. Pero como ya muchas veces lo normal ya no lo es tanto, se agradece que alguien, en este caso en el seno de la política, no se ande con zarandajas y deje fuera a quien no es capaz de comportarse con la educación y el respeto que se precisa. Y, por cierto, sobre el uso de las redes para pedir disculpas: es evidente que en estas situaciones lo mejor es ir de frente y disculparse en persona. pero, también, y en términos de limitación de daños, aquí sí es muy pertinente el uso de las redes para atajar cuanto antes la crisis. Recuerda que la imagen, que es desagradable, ‘voló’ por las redes. Cuanto antes se cortocircuite, mejor. Mas aún, en un escenario de polarización política en el que los decibelios del debate encienden las peores pasiones de algunos cabestros que han confundido la política con un ring de pressing catch.