
Los treintañeros también ‘huyen’ de las noticias
Hoy, ver un telediario o leer un medio no es apto para cardiacos. A la sucesión de sucesos abracadabrantes se suman los restos del naufragio de la pandemia, los horrores
Hoy, ver un telediario o leer un medio no es apto para cardiacos. A la sucesión de sucesos abracadabrantes se suman los restos del naufragio de la pandemia, los horrores
Este parque temático destinado a la conversación sin barreras, un Disneyland de la comunicación interpersonal que destrozó el modelo de las llamadas de teléfono y los mensajes de voz de
La infodemia se expande porque la distribución masiva de las falsedades ofrece resultados a quienes las usan y porque los actores tradicionales del mundo analógico no terminan de dar con
Los directores de periódicos asumen que las presiones van en el cargo, pero es difícil soportarlas cuando tu modelo de negocio y editorial se hunde.
No podemos quedarnos quietos mientras nos inundan de noticias falsas. Se puede combatirlas.
Una defensa, desde la honestidad y el rigor, de la profesión de consultor y relaciones públicas
El lenguaje determina la realidad. Si defendemos un discurso público sano y honesto, mejoraremos nuestra democracia
Los periodistas son los primeros interesados en combatir las fake news, ‘fábricas’ de desconfianza.
La transparencia vale para todos. Cuantas más puertas abiertas, mejor.
Los periodistas debemos dar menos lecciones y menos espectáculo: mejor aportar contexto para serles útiles a los ciudadanos.
El periodismo necesita el compromiso de sus lectores para su supervivencia.
No queremos pagar por los medios y luego nos rasgamos las vestiduras porque éstos venden hasta sus portadas para subsistir.
La comunicación corporativa es esencial, pero no está para sustituir al periodismo.
Recibimos una oferta infinita de noticias, pero, sorprendentemente, nos falta información
El ambiente crispado de las redes sociales aumenta la sensación aumenta hasta niveles asfixiantes.
Las leyes pueden hacer poco o nada para luchar contra la lacra de las fake news, pero hay herramientas para arrinconarlas.
A ningún medio se le obliga por decreto a practicar el sensacionalismo, pero a veces lo parece.
Los medios tenemos que aprovecharnos de Google y de Facebook, pero cuidado con depender completamente de ellos.
¿Que hacen realmente los ciudadanos para defender la libertad de prensa más allá de alguna declaración pomposa en las redes sociales?
Internet nos prometió la pluralidad, pero preferimos ‘refugiarnos’ en nuestras burbujas mediáticas: sólo leemos a quien opina como nosotros.
Hacer periodismo de calidad debe ser una obligación, pero también es la mejor inversión si se quieren trabajar proyectos a largo plazo.
Los medios están obligados a ‘abrazar’ a Facebook, pero quieren sacar algo a cambio y Facebook no se lo da.
Sentencias como la de Cassandra son muy discutibles, pero no nos volvamos locos: en España no peligra la libertad de expresión ni nada que se le parezca.
A la posverdad se la combate haciendo bien el trabajo periodístico, pero también hay que desmontar cada bulo, cada mentira y cada infamia
Poner un anuncio a página completa en la portada de un periódico no implica que este periódico se venda al mejor postor. No debería ser difícil de entender.
Nos encanta decir que sólo leemos noticias de interés público y vemos documentales de calidad, pero la realidad desmiente nuestras palabras.
El modelo de negocio de los periódicos de papel se derrumba, pero los diarios impresos siguen teniendo algunas fortalezas nada despreciables.
Buzzfeed es un gran ejemplo de medio viral, pero cabría preguntarse si lo que hace es periodismo o un espectáculo donde poco importa si lo que cuenta es verdad o
Entiendo el malestar de quien ve una foto tan impactante como la del asesino del embajador ruso en Turquía, pero esas fotos son, sobre todo, periodismo. Y con mayúsculas.
El retrato de una prensa subordinada a oscuros intereses financieros llega bien a determinados sectores, pero no es real. O al menos, no es completamente real.